Descripción
Oscar Sánchez Benavides: “‘El Padrino’ es una historia de sobrevivencia y corrupción”
Estrenada el 15 de marzo de 1972, El Padrino marcó un legado innegable en el mundo del cine. Las dificultades que presentó para su rodaje, el notable desempeño de su variado elenco, pero sobre todo la diversidad temática que presentó a lo largo de sus tres entregas (1972, 1974, 1990) han sido motivo de estudio en diversos países del mundo.
Toda genialidad esconde historias desconocidas. Ningún espectador sospechaba que detrás de esa obra maestra hubo una lucha constante de Mario Puzo, autor del libro homónimo, y Coppola para imponer la contratación de los actores adecuados.
El libro de Puzo narraba la vida de gánsteres italoamericanos. Mientras tanto, Coppola se había visto forzado a aceptar el trabajo de director por su precaria situación económica. La buena química entre los dos, sin embargo, alimentó el entusiasmo. Ambos coincidieron en que el papel de Vito Corleone debía hacerlo Marlon Brando, pero los ejecutivos de Paramount Pictures no les dieron el visto bueno. Desafiando a la mirada comercial de la compañía, volvieron a insistir con la designación de Brando. Para convencerlos, les mostraron el casting del actor. Con ello, toda duda se disipó. Brando se puso unos kleenex en la boca, engordó sus mejillas y de su garganta surgió una voz ronca y afónica: así nació la leyenda.
‘El padrino’ es un relato contado sobre las zonas grises que explora temas como la familia, las herencias entre padres e hijos, las luchas de poder y las fronteras difusas entre el bien y el mal. Nos demostró que, hasta en un mundo criminal donde los problemas se resuelven a tiros, los sentimientos más básicos del ser humano siguen prevaleciendo. Que las personas somos complejas y multidimensionales y no podemos ser reducidas a los designios del Código Hays. Desde luego, la posibilidad de identificarnos con un personaje moralmente reprobable fue una de las grandes rupturas que ofreció el Nuevo Hollywood respecto al cine precedente, y posiblemente uno de los indicios más claros de la tradición del antihéroe en la gran pantalla.
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