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La muñeca prohibida por el FBI y un Ken Sugar Daddy (¿?)

No hay duda cuando decimos que Barbie es una historia de éxito, pero también han habido fracasos aunque poco se hable o no no sean tan populares. En la nueva película, la fábrica de juguetes ha sacado estos productos del cajón y los ha convertido en personajes que no pasaron desapercibidos.

Una gran historia de éxito suele ser también la historia de numerosos fracasos.  La historia de este éxito es de sobra conocida y, en estos días, gracias al estreno de la película dirigida por Greta Gerwig, aún más: Todo comenzó en la década de los cincuenta, cuando Ruth Handler, observaba cómo su hijo Kenneth Handler tenía más opciones para jugar y divertirse que su hija Bárbara, que se tenía que conformar con acunar bebés de trapo. Ruth había visto cómo su hija solía recortar las figuras femeninas de las revistas para intentar jugar con ellas. En 1959 nació Barbie, la que se convertiría en la muñeca más vendida del mundo y en icono popular del siglo XX.

La historia de los fracasos, no es tan conocida. A lo largo de sus 64 años de vida, no todas las muñecas salidas de la factoría rosa han tenido la misma acogida que la Barbie original. Muchas de estas muñecas no tuvieron ventas destacadas. Unas, se consideraron peligrosas para los niños. Otras, eran tan extrañas que el mercado no las comprendió. Todas terminaron descatalogadas. En Barbie, la película, salieron del cajón, convertidos en personajes.

Comencemos con MIDGE: Un poco menor que Barbie (😉) nace en 1963, llega como la mejor amiga. “Midge era esa amiga más relajada, que quería una familia más que una profesión”  La creadora de Barbie, Ruth Handler, nunca quiso que Barbie tuviera hijos, puesto que la muñeca que hacía soñar a millones de niñas alrededor del mundo debía representar el periodo de la vida de una mujer donde todo fuese posible —como ser astronauta o presidenta de los Estados Unidos— antes de tener responsabilidades familiares. Así que ahí estaba Midge, con un abultado vientre desmontable del que salía un diminuto bebé.

¿El problema? Midge se vendía en solitario. Su esposo, Allan, se vendía aparte, por lo que Midge daba aspecto de ser una madre soltera y, en una sociedad tan conservadora como la estadounidense, esto no sentó del todo bien. Algunos consumidores llamaron a hacer un boicot  para que retiraran la muñeca de las estanterías porque promovía el embarazo adolescente y para no correr el riesgo de ser el centro de una polémica, la muñeca salió de las tiendas.

Si Barbie necesitaba una amiga, Ken necesitaba a un amigo. En 1964, llegó Allan un año después que Midge. Por supuesto, Midge y Allan estaban casados (no olvidemos que estamos en los años sesenta), de modo que Barbie y Ken ya tenían amiguitos con los que salir a cenar los viernes por la noche. El problema es que, si Ken nunca fue precisamente la estrella —ni en cuanto a importancia ni en cuanto a ventas—, mucho menos iba a serlo un Ken, que no era Ken, era Allan (el único), cuyo eslogan para hacerlo atractivo de cara a su compra era simplemente que le servía la misma ropa que a Ken. No era precisamente un partidazo y cometió el error de no darle un anillo a Midge (leíste bien…)

La empresa no se rindió, Allan y Midge tuvieron una serie de apariciones estelares en distintas décadas. La última, a inicios de los dos mil,  donde aparecieron como la Familia Feliz de Mattel. Él se vendía por separado junto con el primer hijo de la pareja, Ryan, de 3 años. A raíz de la polémica con Midge, Allan también desapareció y nunca le dió el anillo a Midge.

Growing Up Skipper, la muñeca a la que le crecían los pechos. En 1964, llega Skipper, la hermana menor de Barbie. En 1975, la empresa decidió que ya era hora de que Skipper se convirtiera en adolescente, así que lanzaron al mercado uno de los juguetes más extraños hasta la fecha: Skipper Growing Up, la muñeca a la que le crecían los pechos. El sistema era sencillo: una muñeca plana que, conforme le girabas el brazo como una manivela, aumentaba su talla de sujetador y se volvía más alta. La intención  era normalizar la pubertad, pero casi consiguió convertirla en algo mucho más extraño. Especialmente y teniendo en cuenta que si girabas la manivela en dirección contraria, los pechos volvían a desaparecer. La empresa fue acusada de lanzar una muñeca “pervertida”  (🫣) y dejó de fabricarse en 1977, aunque Skipper sigue formando parte del Barbieverso.

“¿Debería Barbie dejar a Ken o seguir con él?”. Esta es la pregunta que, a principios de los años noventa, la empresa realizó a un grupo de niñas para decidir el futuro del novio de Barbie. “La respuesta fue que querían que Barbie siguiese con Ken, pero Ken debía ser… más cool” así que si Ken quería pasar el filtro, debía desprenderse del cabello engominado, de las corbatas y pajaritas, los trajes y el esmoquin, para alcanzar una imagen más moderna.

Así llega Earring Magic Ken (Ken Pendiente Mágico) un muñeco con cabello rubio platino, pendiente de aro, chaleco de cuero morado y camiseta de tirantes con transparencias. Pronto pasó a conocerse como Gay Ken. El periodista especializado en temática LGTBIQ+, Dan Savage, escribió una columna titulada Ken sale del armario, donde sostenía que las referencias al mundo homosexual en el novio de Barbie eran demasiado evidentes para ser casuales. Varios medios apoyaron la teoría de Savage, convirtiendo a Gay Ken en algo a medio camino entre una broma interna y un icono dentro de la comunidad queer de Estados Unidos.

Earring Magic Ken fue un éxito en ventas. El problema es que no lo estaban comprando niñas, sino principalmente hombres homosexuales que lo habían convertido en un muñeco fetiche. Ante el furor que el muñeco estaba causando en la comunidad LGTBIQ+, aparecieron grupos conservadores pidiendo explicaciones y la empresa decidió no seguir generando polémica y retiró a Ken. Hoy, es probablemente la versión de Ken más famosa de todos los tiempos, al final a Ken lo relajaron y lo convirtieron en Ken playero (🙃).

Teen Talk Barbie: Tras permanecer 33 años callada, Barbie por fin habló. ¿Qué dijo? “¡Las matemáticas son muy duras!”. También dijo: “¿Alguna vez tendré suficiente ropa?”.  “¡Vamos a planear la boda de nuestros sueños!”. Teen Talk Barbie, lanzada en 1992, fue la primera Barbie con voz (y la última). Y, para sorpresa de muchos, todo lo que decía eran tonterías marcadas por estereotipos de género. La sarta de tonterías que la otrora fantástica muñeca soltaba por la boca llevó a Los Simpson a parodiarla en el episodio Lisa vs. Stacey Malibú, en el que Lisa inicia una batalla legal al descubrir que su muñeca Stacey Malibú dice cosas como: “A mí no me preguntes, ¡solo soy una chica!”. Teen Talk Barbie generó una enorme controversia: en Estados Unidos, el Consejo Nacional de Profesores de Matemáticas se quejó de que sus frases desalentaban a niñas y mujeres a estudiar carreras de ciencias y la Asociación Estadounidense de Mujeres Universitarias puso el grito en el cielo ante frases como: “¡Me encantan las compras!”. Mattel llegó a ofrecer muñecas Barbie no habladoras a cambio de las habladoras. Y la muñeca se descatologó.

Barbie & Tanner después de ser doctora, periodista, abogada y diseñadora de moda, entre otras 250 profesiones, Barbie necesitaba un descanso. Es por eso que en el año 2006, el lanzamiento de la temporada fue el de Barbie y su perrito Tanner, un adorable labrador que hace su aparición en casa de la Barbie Rara en la película, y al que las niñas podían alimentar con pequeñas bolitas que después el perrito defecaba. Era un juguete extraño: en primer lugar, porque el principal divertimento de este pack era recoger cacas de perro y, en segundo lugar, porque mucha gente pensó que ser simplemente “paseadora de perros” era una aspiración demasiado mundana para la todopoderosa Barbie, pero la realidad es que Barbie & Tanner tuvo un problema de fabricación. Uno de los complementos de este set era un palo para recoger los excrementos del animalito que, según la Comisión de Seguridad de Productos al Consumidor de Estados Unidos, contenía un elemento peligroso: un pequeño imán que, al de ser ingerido, podría causar una perforación intestinal, una infección o una obstrucción, que podía resultar mortal. La empresa ordenó su retirada de inmediato.

 

Palm Beach Sugar Daddy Ken En 2009 Barbie cumplía 50 años y todos estaban de celebración. Es por ello que decidieron sacar una serie de ediciones especiales para coleccionistas. Así llegó al mercado, una versión madura y sofisticada de Ken. Este Ken tenía el cabello rubio platino, casi blanco, llevaba una franela en tono verde y unos pantalones plisados del mismo color. También tenía un perrito, llamado Sugar, de la raza West Highland Terrier. Él era el papá de Sugar. O, en inglés, el Sugar Daddy. A pesar de que el muñeco no estuviera a la venta más que para coleccionistas, su nombre hizo arquear las cejas (algo así 🤨) a muchos consumidores habituales  y no tardaron en recibir numerosas quejas, hasta el punto de tener que emitir un comunicado: “Es el padre de Sugar, en referencia a su perro”, dijo una portavoz de la compañía al New York Post en 2009. Poco importó. El muñeco fue retirado del mercado dos años más tarde.

 

Barbie Video Girl, la muñeca perseguida por el FBI En el año 2010, llega Barbie Video Girl. La cámara podía grabar hasta 30 minutos de metraje a través de la lente que llevaba a modo de collar, y el vídeo podía verse a través de la pantalla que la muñeca llevaba a su espalda y subirse después a un ordenador, pero apenas a un año de su lanzamiento, el FBI emitió un comunicado alertando de su peligrosidad, ya que consideró que la muñeca podría ser utilizada por pederastas para grabar pornografía infantil. Pese a que el FBI no tenía pruebas de que esto hubiese sucedido y su argumento se basaba únicamente en la sospecha, la muñeca se retiró del mercado en 2012.

Barbie en silla de ruedas, por fin en la Casa de Ensueño: En una de las escenas principales de la película, Barbie organiza una fiesta en su mansión y todas las muñecas bailan al ritmo de Dua Lipa. En un momento dado, una Barbie en silla de ruedas aparece en mitad de la pista de baile como parte de la actuación. Un guiño a su primera muñeca en silla de ruedas llegó en 1997. No era exactamente Barbie, sino su amiga Becky: una bella muñeca castaña con una silla en color rosa. Fue un éxito instantáneo que vendió 6.000 unidades en las primeras dos semanas. La empresa recibió aplausos por dar visibilidad a las personas con discapacidad… pero (siiiii, otro pero) cometió un error: Becky no cabía por las puertas de la Casa de Ensueño de Barbie. Paradójicamente, la casa de Malibú no estaba preparada para recibir una visita de una persona en silla de ruedas. El rediseño de la casa de Barbie para hacerla más accesible nunca llegó y Becky se fue transformando (se convirtió en una audaz fotógrafa con una silla de ruedas rosa y en atleta paralímpica con una pierna protésica) hasta desaparecer.

En 2019, la empresa sacó una línea de muñecas inclusiva que incluyó una Barbie (ahora si, ¡Barbie!) en silla de ruedas. Hubo un detalle que no pasó desapercibido: el accesorio de esta muñeca incluía una pequeña rampa en color rosa que permitía que Barbie pudiese entrar en su propia casa. En la película, ya sabemos que, además, lo da todo en la pista de baile.

No te pierdas nuestro Cine Foro el próximo lunes 07.08 a las 8:00 pm (CCS-MIA), con la psicóloga ANDREA CABRERA , el médico estético y nutrólogo GUSTAVO GARCÍA y el antropólogo OSCAR SÁNCHEZ BENAVIDES junto al psicoanalista y moderador JOHNNY GAVLOVSKI, sobre una película que nos invita a reconocer que hay cosas en el mundo que definitivamente están mal, poniéndolas sobre la mesa y a través de las risas, llevarnos a la reflexión.

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